
La primera comunidad que alertó de este tijeretazo fue Madrid. El Gobierno de la popular Isabel Díaz Ayuso lo denunció el pasado jueves, a diferencia de la postura adoptada por el Gobierno aragonés que preside el socialista Javier Lambán, que ha evitado cualquier atisbo de crítica al Ejecutivo de Sánchez por el severo recorte en las vacunas asignadas a la región frente a las inicialmente prometidas.
Este sábado, preguntada al respecto, la consejera aragonesa de Sanidad, Sira Repollés, le sacó la cara al Ministerio y dijo, en su defensa, que las previsiones de reparto de vacunas «van modificándose en función de cómo va la producción» y de la distribución a nivel europeo.
Pese a que el recorte en la cantidad asignada a Aragón va a limitar considerablemente la primera fase de vacunación, al poder llegar a un 28% menos de población, Repollés también restó importancia a este hecho. «Va a haber vacunas suficientes para vacuanr al personal vulnerable», dijo la consejera aragonesa de Sanidad.
La primera tanda de vacunas se reservará para personal sanitario, trabajadores de servicios asistenciales y residencias de tercera edad, y los ancianos de residencias. Para el resto de la población todavía no se sabe cuándo habrá vacunas.
«El reparto de las vacunas en Europa va a ser homogéneo y equitativo, y así va a ser también dentro de España entre todas las comunidades autónomas», aseguró Repollés.