El niño es el centro de la Navidad, la Virgen es la Virgen, los Reyes tienen fiesta y estrella; los pequeños se disfrazan de pastorcillos y juegan con los animales y por haber, hay hasta caganer, pero ¿cuándo reparamos en San José?
Con los años, el belén se mira de otra forma. ¿Y ese hombre en segundo plano? Nos cautiva su misterio. Hombre mudo del que no conocemos palabras, sólo actos. «Esposo de María», el justo, el casto.
Su ocultamiento y silencio le hicieron ejemplo de vida contemplativa. Después se apreció su lado social. Era artesano, laborioso, y fue san José Obrero, lo que a ojos de Wojtyla desdibujaba su figura. Siendo humildísimo recibió a ángeles y a reyes, y siendo… Ver Más
