
La instalación, de 400 metros de cuerda, se encuentra en una zona arbolada y con espacio suficiente para mantener distancias de seguridad, según algunos padres. Sin embargo, han prevalecido las medidas sanitarias por la pandemia para evitar contagios. No se ha permitido la entrada de público, como sucede en otras competiciones federadas en Castilla-La Mancha, donde el Gobierno regional ha anunciado que rebaja las medidas a nivel 2 a partir de este domingo.
La organización, C. A. San Ildefonso-Banco Mediolanum, ya lo había advertido: sólo iba a tener acceso a la instalación el personal autorizado por la Federación de Atletismo de Castilla-La Mancha o por los responsables de la prueba, reservada para atletas desde sub-8 hasta sub-18.
Dentro de la pista, los jóvenes deportistas han tenido que cumplir una serie de requisitos, como llevar su propio gel hidroalcohólico, pañuelos desechables o la ropa de competición desinfectada. Mientras, desde fuera, sus familiares han seguido su participación subidos a la verja, en una imagen que podría recordar al Rocío de Almonte.