Van Dijk, Matip y Gómez no jugarán esta noche, ni tampoco lo harán en la vuelta en Anfield. Mismo destino que Henderson, que ante tanta ausencia en la zaga había ejercido de central durante bastante partidos. Cuatro bajas de sumo calado para Klopp, que argumentan el por qué está en riesgo su clasificación para la Champions de la próxima temporada -es sexto en estos momentos en la Premier- y no se mide al Madrid en posición de superioridad: «Tienen otros grandes jugadores que pueden sustituir a los que no están. Nosotros también tenemos bajas, pero la fuerza está en el equipo, en el conjunto», reflexiona Zidane. Fabinho y Diogo Jota sí que están recuperados tras un mes lesionados, pero el problema del Liverpool no está del centro del campo hacia adelante, donde le sobran talento y efectivos. Ante el mejor Madrid de la temporada y con todos sus atacantes a un nivel elevado, el rendimiento de los inexpertos Phillips y Kabak no parece el mejor antídoto para frenar a Benzema, Asensio y compañía. El central inglés suma su tercera temporada en el Liverpool, pero las dos anteriores las pasó a caballo entre el equipo filial y un par de cesiones en el Stuttgart. Su nivel está muy alejado de la exigencia que supone el club ‘red’, pero es la única solución que tiene Klopp, junto a la de Kabak. El turco, un niño de 19 años que llegó cedido del Schalke durante el pasado mercado invernal, es una solución de emergencia que, de momento, no ha cumplido con las expectativas. Si es inteligente, ahí tiene el Madrid la llave de la eliminatoria. En cambio, los blancos, que también han sufrido un buen número de lesiones durante este curso, llegan al decisivo duelo de cuartos con casi toda la plantilla a su disposición. Solo Carvajal y Ramos no podrán medirse a los ingleses. Sobre la pizarra, dos ausencias gordas, sin duda, pero lateral y central, a diferencia de lo que ocurre en el Liverpool, están siendo notablemente reemplazados por Lucas Vázquez y Nacho: «Llevo muchos años aquí, pero si me tengo que quedar con una temporada es esta. Me siento importante, feliz de jugar cada partido, y con una confianza en el campo que sinceramente hacía tiempo que no sentía», explica el central, con más peso que nunca en el once de Zidane. Quién no llega a la eliminatoria, o al menos a la ida, es Hazard, aunque ya esté recuperado de su última lesión muscular. Poco se le puede exigir al belga, tras un cúmulo de contratiempos que apenas le han permitido jugar en estos dos años de blanco. Por eso, Zidane ha decidido tirar del freno de mano. Así lo anunció ayer y así se lo ha comunicado al propio jugador: «Tiene que estar tranquilo. Lo he hablado con él. Lo importante es que esté recuperado. Ahora, vamos a hacer las cosas poco a poco y vamos a ver qué pasa».