Obediente con las instrucciones de mi doctora, que ella insiste en calificar de recomendaciones, el martes caminé 14.420 pasos. Menos de 11.000 habría sido de cincuentón sedentario y seré muchas cosas, incluso de derechas, pero por ahí no paso. Total, que los diez kilómetros con sus horas correspondientes que marcaba mi móvil me permitieron recorrer la Tabarnia antisanchista en que ha convertido Madrid Díaz Ayuso. Me crucé con varios grupos de franceses. No les pregunté cómo lograron saltarse los férreos controles impuestos en Barajas por Ábalos y Marlaska, que son el Gordo y el Flaco del Gobierno pero sin la gracia de los estadounidenses, pero celebré ver a varios de ellos con bolsas de comercios cuyos nombres no tecleo porque sería… Ver Más
Fuente ABC